La garantía de calidad y las condiciones higiénicas que presenta un producto empacado puede ser una de las principales razones por las que los consumidores prefieren una marca frente a otra. Sin embargo, la sobreproducción de estos empaques con materiales plásticos significa un mayor impacto y contaminación ambiental para el planeta; ya que al menos el 60% de residuos plásticos a nivel mundial corresponden a estos envases y embalajes.
Un estudio realizado por científicos de la Universidad Estatal de Oregón para usar residuos de manzana como material de embalaje ecológico se ha convertido en una alternativa a esta propuesta.
Se trata de convertir el orujo de manzana (residuo sólido generado de la molienda de la manzana para la producción de jugos y zumos) en materia prima para crear productos innovadores e inofensivos para el ambiente.
Este empaque amigable con el ambiente se ha desarrollado bajo los estudios necesarios que le permiten soportar niveles de humedad y convertirse en el empaque de comida para llevar, botellas de bebidas y de frutas y verduras.
Bajo este estudio, se ha logrado concluir la factibilidad de utilizar el orujo de frutas como nueva fuente de fibra en la producción de envases de pulpa moldeada como alternativa amigable con el ambiente, ayudando a reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos en la cadena de suministro.