El mundo produce cerca de 400 millones de toneladas de residuos por año, de los cuales apenas 17,4% son recolectados y reciclados de forma adecuada.
Este consumo desenfrenado de residuos y la mala gestión de los desechos, direccionados a botaderos a cielo abierto para ser incinerados a través de procesos que generan la emisión de gases de efecto invernadero contaminantes, se vuelve un problema grave para la salud humana y para la biodiversidad, causando efectos devastadores a nivel global.
El concepto de economía circular se basa en mitigar estos efectos y proteger la salud humana a través de diferentes iniciativas enfocadas en generar beneficios sociales como:
1. Reducción en la producción de residuos contaminantes
Mejora la calidad del ambiente y a la vez brinda un bienestar colectivo.
2. Cultura de reutilización
Promueve un comportamiento sostenible en los consumidores.
3. Creación de nuevos empleos de calidad
Un modelo de economía circular contribuye a la creación de un importante número de empleos de calidad, aportando a las comunidades regionales a deslindarse de trabajos precarios e insalubres como el reciclaje sin medidas de bioseguridad, que no aseguran su bienestar tanto físico, económico ni emocional.
4. Ahorro en gastos para las familias
La disminución de precios en la creación de productos sostenibles, las industrias pueden reducir sus precios de venta y beneficiar a las familias para que puedan ahorrar costos en la adquisición de los productos necesarios para solventar sus necesidades.
5. Preservación de la salud y el bienestar
La disminución de factores contaminantes en el entorno donde se desarrollan las actividades humanas y la mejora en los procesos de producción de los productos adquiridos para el consumo, permiten a la sociedad cuidar su salud y su bienestar.
6. Entorno más amigable en la sociedad
La reducción de efectos secundarios dañinos para una comunidad, causados por actividades que provocan contaminación acústica, del aire y del agua, permiten convivir en una sociedad más amigable y colaborativa.
7. Aprovechamiento de la vida útil en productos
La generación de nuevos productos ecológicos y duraderos, generados a través de innovación para reducir los impactos ambientales, permiten aprovechar su vida útil por mayores espacios de tiempo.
8. Consumo responsable
El consumo responsable de productos, pensando no solo en la calidad y el precio, sino también en el impacto socioambiental de cada producto durante su ciclo de vida, facilita la creación de conciencia con el planeta y la sociedad, fomentando el respeto al ambiente y la disminución de desperdicios.
9. Equilibrio de la sociedad con la economía y el medio ambiente
Una economía circular que impulsa el consumo responsable y genera políticas capaces de incentivar el derecho a un consumo de manera informada, convierte a las empresas, a la academia y a la sociedad civil en corresponsables de crear estrategias y programas de marketing social, de educación y de comunicación, que acerquen a los ciudadanos al consumo de productos y servicios con bajo impacto socioambiental.
10. Mayor visualización de iniciativas y participación ciudadana
La inclusión y participación ciudadana activa dentro de la implementación de iniciativas de economía circular en cooperación con el sector público y privado, facilita la búsqueda de estrategias de prevención y minimización de desechos contaminantes.
11. Aumento de calidad en productos y servicios
La alta competencia generada a través de la economía circular con iniciativas que aporten valor a los consumidores, obliga a las industrias a generar productos y servicios de calidad y pensados en las necesidades del cliente como el centro de su negocio.